Paternidad tardía. Padres viejos, hijos jóvenes.

La mayoría tenemos esta sensación; que nuestra vida orgánica y social se ha prolongado. No me meto en la discusión si en el proceso nos estamos , comiendo los recursos, lo contaminamos todo, cuadruplicamos la población en 100 años, etc. Esa sensación es tan creíble que ha llevado a buena porción de varones a ser padres después de los 50 años. Tanto ha cambiando...El hombre tiene mas cuidados corporales, hace ejercicio, toma Viagra, mantiene una actitud juvenil y demás que corrió el paradigma de la paternidad hacia la marca de una nueva masculinidad.

Quizás para esta quinta década alcanzaron ciertos objetivos económicos, personales, equilibrios o la condición que les quede que esquivando el “mito de una eterna juventud”, para muchos es una zona confortable para ser padres. Muchas mujeres jóvenes refuerzan la idea ya sea porque les gustan mayorcitos o porque encuentran una estructura establecida para sus variados intereses.

Claro que ésto tiene cierta “letra chica” ya que los números marcan que la mayoría de los casos se dan en varones de clase media, con estudios terciarios o universitarios, que viven en ciudades y tienen medios a su alcance.

Demos por tierra otro mito. Si bien pasada la 4 década algunas funciones orgánicas se enlentecen y el nivel de testosterona desciende despacio (1 % al año), las erecciones seguirán apareciendo solo que con menos frecuencia.

Pero todo tiene su costado gris. Psicólogos reconocidos como Jose Abadi, la paternidad en esas edades tiene algún rasgo de omnipotencia, un toque de poder con la nueva situación a pesar de las circunstancias no tan favorables.

“Lo que hay que pensar siempre es que el centro es el hijo, no el padre. La preocupación es pensar qué es más sano para un hijo. Un hijo tiene derecho a reclamar un padre que lo quiera, que lo proteja, y que tenga una disponibilidad con un tiempo físico, afectivo y lúdico para él. Y no que lo que esté en juego sea la ansiedad y el miedo del hijo de ver un padre ante sí que puede perder”. Dr. José Abadi

También están los peligros que derivan de la genética de los años, como la posibilidad de tener hijos Down (si bien puede detectarse a tiempo y a veces es de 1 en 400). Para un hombre de 40 años se duplica la posibilidad de trasmitir mutaciones genéticas con otro de 25 y llega a 8 veces en alguien de 65- según estudio de la Revista Nature en Islandia como “Tasa de nuevas mutaciones y la importancia de la edad del padre en el riesgo de enfermedad”.

La esquizofrenia y el autismo aumentan sus posibilidades de ser pasados y genéticamente el padre tardío trasmite más que la madre.

“Hay que advertir que en el cerebro se expresa la mayoría de los genes, mucho más que en cualquier otro órgano, y por eso hay más riesgo de que las mutaciones genéticas afecten su funcionamiento”.- explicó Marcelo Rubinstein, investigador del CONICET y profesor de la UBA.

Una de las situaciones más devastadoras puede aparecer cuando ese hijo muy joven comienza a hacerse ésta pregunta: “mi padre estará cerca de morir?”

Uno podría realizar esa pregunta cada día de su existencia, solo que cuánto puede manejar esa cuestión alguien al que ni siquiera le llegó la pubertad?

Si bien la muerte es un tema mucho más grande que una definición médica, al parecer dos teorías dominarían nuestros relojes vitales y por lo tanto,nuestra longevidad. La primera se encuentra anclada e irremovible en los genes, o sea tenemos los días contados pr la naturaleza o por quien nos creó. La segunda, la teoría del desgaste. Un gran número de errores se cruzan en nuestras vidas y parte de ellos podrian evitarse- Históricamente, el caso de las simples infecciones que en antaño podían arrasar toda una población.

La vejez afecta la paternidad o la paternidad afecta a la vejez?

Ejemplos como el de Clint Eastwood, que tuvo a su hija Morgan cuando tenia 66, Paul McCartney, con 61 cuando nació su hija Beatrice de la relación con la modelo Heather Mills, sobran. Muchos lectores consideran que ésta clase de padre es egoísta porque piensan más en sus circunstancias actuales que las que vivirán sus hijos para cuando las diferencias de edad comiencen a tomar caminos sin retornos. Hijos sin un padre a su lado.

Aunque la vida puede ser suficientemente cruel al respecto, y a temprana edad paterna.

Y hablando de ironías, la historia del supuesto hombre más viejo del mundo estuvo tocada por ella. Thomas Parr, del condado inglés de Shrewsbury, murió a los 152 años, allá por el 1635. Tuvo dos hijos que murieron jóvenes (la época no era fácil para sobrevivir...) Su cualidad fue tan extraordinaria que el rey Charles I lo llamó a Londres para conocerlo.Y el cambio de lugar y ambiente lo mató. El rey dispuso que fuera enterrado en la Abadia de Westminster el 15 de Noviembre de 1635.

                     El joven Parr                                                                                El viejo Parr