Tiene vencimiento la paternidad?


   



Estoy a punto de meterme en “camisa de once varas” -pensé**
La pregunta apareció inocente en mi cabeza y la respuesta fue automática.
Vence la paternidad?
Claro que no!
Aunque la respuesta bien podía ser automática, por historia personal, por aprendizaje familiar y social. Por las razones que tengan las costumbres  para quedarse a vivir con uno, me llamo la atención que el “vencimiento de la paternidad” podía asociarse a dos caminos: ese momento donde los hijos pasamos a ser un poco padres de nuestros padres y cuando un padre abandona su rol de tal y como consecuencia, a sus  hijos.
Que la paternidad definida mejor o peor por cada hombre pero coincidiendo con la aceptación de ciertas responsabilidades afectivas, económicas, éticas, morales, etc. tenga un vencimiento implicaría un final del vínculo
Vaya novedad. Esta vida tiene un final. Un vencimiento.
Para los creyentes en religiones, metafísicos y demás, la vida continúa y el padre que tocó ser viajará entre recuerdos.
Para otros simplemente termina el “contrato”
Creo que el rol es más o mes menos fuerte según la etapa de la vida que nos toque.
En el caso de nuestros padres si tenemos la suerte de cuidarlos en su vejez, supongo que verán cómo se acerca esa ola de enseñanzas en sus hijos y como reza el dicho sembraran lo que cosecharon En algunos casos ese antiguo rol paterno estará tocado por algo de sabiduría y  en otros será una maraña de arrepentimientos culpas dolores y demás mantenidos bajo la alfombra.
No se desesperen-. Muchos hijos también se desentienden de sus padres.
El otro camino, el del abandono, es el que me hace pensar que para muchos SI existe un vencimiento  en la paternidad.
Porque es mucho trabajo. Porque no aceptan que sus vidas están en un proceso de cambio. Porque tienen que renunciar a actividades o personas. Porque no quieren saber nada con la mujer que ahora está embarazada o por parir o parió. Porque va a tener un hijo pero no le gustan los niños. Porque les pareció que iba a ser de una manera y resulto de otra. Porque tengo que criarlo…
Muchísimos especialistas médicos y psicólogos apuntan sobre las consecuencias del abandono paterno. Forzado o decidido. Que genera frustraciones, que les deja un hueco en la psique en vez de un vinculo. Que afecta su identidad, su salud. Que golpea a lo largo de su vida pasada, presente y futura. Que muchos padres abandonan a sus hijos cuando los amenazan física y mentalmente.
Todo desapego respecto de lo afectivo en sus hijos marca y daña. Así, en el caso de la madre, en embarazo y nacimiento se busca cuidar el comportamiento entre ella y el bebé para garantía de su estabilidad psíquica y física, tan importante como para  evitar la muerte súbita en el lactante como consecuencia de la falta de estimulación para respirar.
DATO: El Dr. Florencio Escardó fue el primero en impulsar en nuestro país la internación conjunta de la madre y su bebe, en el hospital de niños Ricardo Gutierrez de la ciudad de Buenos Aires. Tal evento pudo replicarse en todo el país y luego sirvió de ejemplo a replicar en toda Latinoamérica.
Así se trataba de luchar contra un síndrome de deterioro en niños internados sin presencia de familiares.
El supuesto vencimiento del rol paterno y el abandono no son nuevos.
Si bien estos son ejemplos extremos, no dejan de ser ejemplos
Desde la literatura hasta la historia están plagadas de ejemplos. Desde arquetípicos como Tarzán (1912) y el niño Mowgli de El libro de la selva de Rudyard Kipling (1894) criado por lobos. Rómulo y Remo mito que da las bases a Roma y en España el caso  de Marcos Rodriguez Pantoja durante la década del 50 que  fue vendido por su padre a un cuidador de cabras y éste murió al poco tiempo .Quedó solo y escapando de las palizas de la  madrastra desde los 7 a los 19 criados por una manada de lobos en la zona de Sierra Morena en el sur español.
Tampoco tenemos que adentrarnos en la selva para encontrar hijos de alguien abandonados a su suerte y verdad. La calle los escupe a montones y sus corazones ya tienen agujeros difíciles de llenar.
Pero el hecho que me marcó la nota sobre el vencimiento de la paternidad fue la fuerza de la maternidad. Y aquí me permito transcribir parte de un seminario sobre adopciones realizado por  la Lic. Mirta Videla y el Dr. Alberto Grieco

“Uno de nosotros tuvo en su vida profesional la dolorosa experiencia de entrevistar a mujeres que parieron o permanecieron embarazadas, en los campos de concentración de la última dictadura militar argentina de los años setenta. Ellas que estando engrilladas, encapuchadas y sometidas a vejaciones y torturas constantes, jamás olvidaron al ser que gestaban en sus doloridos cuerpos. Es más, mantenían diálogos íntimos constantes con sus hijos gestándose, en un vínculo particular y muy profundo. Lo curioso es que muchas de ellas habían tenido problemas previos de fertilidad y con esta gestación no tuvieron ningún tipo de problemas y sus partos fueron totalmente normales. Ellas eran engañadas y soportaban todo con la esperanza de que luego del parto las enviarían a casa con sus niños o a ellos con sus abuelos. Sabemos dolorosamente de la cruel realidad que padecieron, la mayoría fueron arrojadas al mar y sus hijos entregados en adopción a sus propios asesinos y verdugos.”



 +++ El dicho meterse en camisa de once varas es una expresión coloquial que señala la poca conveniencia de complicarse la vida innecesariamente. Su origen se sitúa en la Edad Media, en la ceremonia de adopción de un niño, tomando los problemas que ésta conlleva por decisión propia. El padre debía meter al niño por la manga de una camisa grande hecha para la ocasión. Luego lo sacaba por la cabeza o el cuello de la prenda y el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de la aceptación de la paternidad. En algunas regiones de Europa la ceremonia continúa vigente pero con la madre, con objeto de simular el parto. El dicho además refleja una exageración en las dimensiones de la camisa, la cual no podía medir once varas, ya que una vara son treinta y tres pulgadas, lo que equivale a unos ochenta y cuatro 84 centímetros. Así, la camisa mediría 363 pulgadas o bien 9,24 metros.

Comentarios

  1. Buenas, decirte que esta semana, en el repaso semanal de blogs de Bebés y más, hemos comentado esta entrada:

    http://www.bebesymas.com/bebes-y-mas/blogs-de-papas-y-mamas-relojes-con-poderes-carta-de-amor-a-una-hija-y-mas

    Un saludo!

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