Por
venir.
Lo
que está por llegar.
Existe
una única regla que no cambia: todo cambia.
La
llegada de un hijo ES el cambio, creando vida
familiar y acercando al varón a uno de los mayores retos
trascendentales. También es el inicio de un camino adjetivado de las
más raras maneras para el macho familiar.
La
cuestión es que; Todo es virtual para el padre. De momento, un
futuro hijo es intocable, ideal, una sombra, algo escondido, una
percepción de un sentimiento recóndito, oculto.
Los
minutos, las horas, los días, los meses, desde la noticia de la
paternidad incipiente le crean una apreciación de responsabilidad
familiar que irá en aumento. Claro, si logró aceptar ideas como
¨responsabilidad¨ y ¨familiar¨. Por aquí pueden aparecer tanto
el agobio como la zozobra e incluso la molestia.
Tranquilos...
diría un hipnotizador.
Nos
aparece el conflicto, por lo menos en un porcentaje de hombres que
jamás lo confesarían, donde cuesta encarar algunas debilidades,
miedos personales y sociales.
Pero
esto está sucediendo hombre! Y con éste disparo de partida
averiguaremos que frustración, estress y angustia son demasiado
reales para nuestro gusto.
Adaptarse
y cambiar. Suena algo Darwinista pero real. He ahí la posibilidad de
una solución.
Como
para la mayoría de las vidas, aceptar la realidad es una respuesta
fácil, difícil de concretar.
Y
también, como todo en la vida, como en aquella parábola del rey y
el anillo: ¨Esto también pasará
Por
qué me aparece un hijo? Para qué quiero un hijo ? Ok, no hay
respuestas obvias. También podría preguntarte: para qué quiero
amar ? De que me sirve ?
Dije
que no había respuestas obvias. Cuales darías ?
Y
una vez completado el paso 1, podrán asaltarte preguntas como :
podré amarlo ? Me amará ? Yo no sé amar ! Yo no puedo amar !Se
olvidarán de mi !Ya no seré el centro de atención y así...
Luego
nos crearemos un lindo campo aislado. Si claro, es el temor. Si
claro, son fantasías. Si claro, negarlo es mejor.
Un
hijo invariablemente te llevará hacia quien sos. Esquivará todo y
te pedirá autenticidad. Recorrerás los caminos de los mitos sobre
la paternidad, de alguna u otra manera. Que no voy a poder con un
niño, que voy a perder mi libertad, que es demasiada
responsabilidad, que me voy a volver loco, que no tuve un buen
padre asi que no voy a poder ser bueno, que el embarazo es un tema de
mujeres y si queres llegamos al Top 100.
Como
llegar a la evidencia concreta de que aquello que está en tu mujer
es tu hijo ? Las eco, el contacto con la panza,
los latidos, luego los movimientos, el cambio que va teniendo tu
pareja. Prepárate, ésto va a conectarte con los sentimientos
más puros.
Por
si alguna vez te preguntabas que era el amor . Aca está.
Uno
puede querer estar en este mundo por circunstancia muy concretas o ni
siquiera saberlo. En cualquiera de los dos casos , tener una hijo es
una profunda respuesta a esas preguntas . Cada quién le dará el
sentido.
Y
si ésta es la primera vez donde alcanzás el horizonte de tu vida,
en algún momento aparecerá el final concreto. Un hijo nos demuestra
que todo era cierto. Por lo tanto, si apreciamos el descubrimiento,
alegrías y tristezas deberán tener otros sabores.
A
la vez, nos baja del caballo personal, del pedestal y lo más
importante de la tierra es hacerle chillar al pato de hule y
sacarle sonrisas
También
aparece la retrospectiva. Auditoriamos a nuestros padres, reales o
imaginarios, presentes o ausentes perfectos o imperfectos. Salen y
entran ladrillos en nuestro mundo Lego y nos damos cuenta que todo
cambia rápidamente y que adaptarse es vital y disfrutable.
Tampoco
será dejar de ser nosotros sino que seremos más amplios,
quizás mejores, la visión y el corazón ampliados.
Esto
debe servir para algo,cierto ?
Si
tu hijo está por venir, el porvenir todo junto también está
relacionado con la suerte y la fortuna. Que la moneda caiga del lado
correcto no dependerá de la suerte. Será tu decisión.
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