Como
comienza una avalancha?
Con
un estornudo.
Estoy
aprendiendo a ser padre y, no nos engañemos: nunca se termina. A
vidas que evolucionan y se mueven hacia alguna dirección le debe
corresponder sus situaciones diferentes. Similares. No nos bañamos
dos veces en el mismo rio, se acuerdan ?Por lo tanto, cuando
encontré con ésta situación, la de los padres que obligan a sus
hijos, también hallé una cebolla. Por lo de las capas.
Tres
casos en extremo.
“Mira,
mira...”
Decía
la madre del niño, entre los gritos de éste. El video fue
denunciado por abuso infantil. Un caso similar fue visto por un juez
del condado de Floyd, en Georgia (E.E.U.U), que condenó a Eugene
Ashley a pagar 300 dólares y servir 12 meses de libertad
condicional, por tatuar a su hijo unas letras en el hombro que dice
“DB”, la abreviatura de “Daddy’s Boy”, en 2009.
“Almorcemos
cucarachas”
El Padre filmó el video y lo
subió a Facebook, creando el lógico alboroto. La policía nacional
de Guatemala investigó y tomó cartas en el asunto, deteniendo al
padre y rescatando a la niña el video, de 6 años más dos hermanos
de 9 y 1 año. El procurador de los Derechos Humanos, Jorge de León,
quien promovió el rescate de la menor ante la PGN, dijo a los
periodistas que esa institución ha iniciado una "investigación
de oficio" para determinar la responsabilidad de los padres de
la menor en "esa flagrante violación de sus derechos".
He
Liesheng, Duoduo y la nieve.
Liesheng escaló con su hijo
Duoduo de 4 años el monte Fuji en Japón. En la cima desplegaron
una pancarta para reivindicar la soberania de las islas
Diaoyu/Senkaku, disputadas por China y el imperio del sol desde hace
años. El Fuji tiene 3776 metros y ellos sufrieron fatiga y
deshidratación, al no estar preparados adecuadamente. El Fuji siguió
inmutable.
Liesheng había sido conocido
con anterioridad en los medios porque en Nueva York había hecho
correr “prácticamente” desnudo al flaco de Duoduo para
“fortalecerlo, “educarlo” y “prepararlo”.
Por
casualidad, en la definición de avalancha encuentra parte del
significado de lo que les sucede a estos padres e hijos.
“Los
aludes son ocasionados por la falta de homogeneidad de la capa de
nieve y por la existencia, entre los límites de capas físicamente
diferentes, de un agente que facilita el deslizamiento de una de
ellas sobre otra subyacente”.
Qué
puede haber de homogéneo entre padre e hijo cuando el primero lo
toma de rehén de sus impulsos, decisiones o frustraciones?
La
avalancha sucede.
Si
bien los casos anteriores son extremos, en las zonas comunes de una
sociedad occidental podemos encontrar a los padres que obligan sutil
o directamente a seguir una carrera, una forma de vida, un deporte,
una banderia política.
Caen
en la categorización de padres exigentes.
Un
padre exigente es una persona intransigente, no admite puntos
democráticos, cierra la comunicación, le interesa las metas, los
resultados que marca en su hijo pero no como se siente éste.
“Si
los padres exigen y no dan muestras de afecto de forma frecuente, los
niños se sienten frágiles y creen que si no cumplen los objetivos
que les ponen serán rechazados; eso les crea inseguridad y acaban
siendo personas que tratan de demostrar constantemente lo que valen,
lo que las predispone a la ansiedad, al miedo y a las fobias; a
algunos, los perfeccionistas, la inseguridad les hace esclavos del
detalle y viven frustrados porque no siempre logran lo perfecto, y a
otros la inseguridad les bloquea y les convierte en personas muy
pasivas” , concluye Gonzalo Hervás, profesor de Psicología en
la Universidad Complutense.
Si
la exigencia esta acorde a los intereses y capacidades del niño, del
adolescente, de seguro habrá óptimos resultados. Pero en palabras
de la psicóloga especializada Isabel Menendez Benavente “si
no se tienen en cuenta las posibilidades del niño, este pasará por
tres etapas: primero, por agradar a sus padres, intentará alcanzar
las metas que le exigen; posteriormente, si no posee las capacidades
para ello, se dará cuenta de que no puede alcanzarlas por más que
lo intente; y, por último, ante esa incapacidad, acabará elaborando
una idea negativa de sus propias habilidades, pensará que no sirve
para nada, que todo le saldrá mal, y dañará su autoestima. Cada
hijo es distinto y para saber que aplicar, hay que conocerlos”
El
mundo no es tan simple. Entre las capas de esa cebolla encontramos
padres que cruzan la linea del delito, la moral, la ética, la
paternidad y hasta la humanidad como con Elisabeth Fritzl, victima
de su padre Josef, ahora conocido como el monstruo de Amstetten (Austria).
De
los 18 a los 42, Elisabeth fue encerrada en un sótano, fue abusada,
tuvo 7 hijos producto de esos actos. Después de 24 años de esquives
a la policía y la investigación, Josef libera a su hija y los niños
declarando que la “niña desaparecida había regresado”
Josef o el monstruo de Amstetten.
Las buenas relaciones entre padre e hijos, el afecto y los
demás elementos que hacen a una paternidad sana, nos llevará a
terrenos firmes. En la mayoría de las veces, de la manera que
quieras ejecutar esa paternidad, no habrá derrumbes.
Como
comienza una avalancha?
Con
un copo de nieve a la vez.
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