Sol
abrasador, arrasador, calcinante en el centro del mediodía y de Mar
del Plata. Contra toda lógica paro en un café a revolver el tiempo
en una taza, a prepararme como esos atletas de salto en largo que
deberán mirar lo lejano del horizonte para lograr su mejor
desempeño.
Mi
salto se llama Vicente Luis Ciano. El Cholo Ciano para el mundo.
Periodista. Más de 40 años de trayectoria en diversos medios. Creo
que ha visto, escuchado, sufrido, perdido, cruzado, contado,
puteado, ganado como pocas personas tienen el privilegio de tomar la
vida en un juego de uno x uno.
El
coraje no se enseña, el coraje es una mirada que arde. Es el pecho
frente a la bala. Pero el coraje nos instruye. Sobre uno y sobre los
demás. Al final de cuentas, éste mundo trata sobre uno y los demás.
Está
por salir de su programa de radio en la mañana de LU6.
Hago
mi salto.
Nos
ponemos a hablar en el hall de la radio, acodados en un pequeño
mostrador para tomar los avisos del diario. Ropa clara, camisa rayas,
cuerpo delgado, la voz ronca de siempre. Diarios y papeles bajo el
brazo. No traicionó a la letra impresa, al olor del matutino que
todavía no fue leído.
A
que edad fuiste padre de Ariel?
A
los 34 años.
Te
pareció que había alguna condición necesaria para ser padre o como
lo tomaste ?
Yo
lo asumí todo. Desde antes que se gestara en la panza
de la madre. Nunca uno sabe lo que el mundo le ofrece,
que fue un motivo de gran preocupación que le ofrece
él y lo que le ofrece la sociedad y que te depara el
destino con lo que te pueda pasar. Me parece que es una
enorme responsabilidad y con una alegría del mismo
tamaño, no?
Y considerando todo tu
historial , encontraste diferentes clases de padres ?
Hay
diferentes clase de personas así que hay diferentes clases de padres
y de hijos también. No hay nadie igual, no hay una cara igual. Vos
conocés dos cara iguales? Salvo que sean mellizos o gemelos. En lo
grueso, en lo pesado, uno exige para un padre ciertas cosas, no?
Responsabilidad, honestidad , buen ejemplo. Porque pocos toman en
cuenta lo que es traer un hijo al mundo.
Cuando
decís
que un padre necesita todas éstas
cosas, encontrás
muy diferente la crianza de Ariel con
la de tu nieto Mateo?
Encuentro
algunas diferencias.
Y...cambia el mundo, cambia la
sociedad, cambia todo...
Claro...
encuentro muchas diferencias de la crianza que hizo mi viejo de mí
con Ariel. Eso fue enorme. Mi caso es muy particular. Soy el menor de
10 hermanos, nos criamos nueve. Mi viejo nació en 1886, tendría
casi 130 años. José. Vino de Italia a los 14 de polizonte en un
barco a Buenos Aires y no sé como fue a dar a Tandil. Te imaginás
un pibe que no tiene estudios que no conoce el idioma... El viejo fue
lo que te puedas imaginar. El viejo fue explotado. Le daban de comer
lo suficiente para no morir. Entonces mi viejo se crió con una
dureza...No me acuerdo que haya dicho te quiero. Decía los hombres
no se besan, decía los hombres no lloran. Y siempre los
hombres-piensa- las
mujeres prácticamente no existían. Date cuenta que el voto vino en
el año 51, tenía como 14 años. Y mi viejo no lo podía entender.
Y de fumar?- ensayo, sabiendo
la respuesta.
Y
de fumar ni hablar. No les dejaban usar pantalones
porque mostraba eso que no debía mostrar, que era la
cola. Con Ariel supuse que había una
diferencia con la crianza que le dí,
que el beso, que la madre. Y era otra cosa.-
sentencia. Como si en lo que
me cuenta hubiera sacado algo del peso de la historia.
Hubo
alguna época que te aportó a la experiencia de ser padre? Los
sesentas?
No-piensa-.
No cambian la épocas.-decide-.
Va cambiando de a poco casi sin darte cuenta. En lo
sexual, hablando de las pibas, decíamos: “se
entregó” “se entregó”. Era algo
que estaba totalmente prohibido. De la década del 70 hubo una
liberación, para uno y para otro en el aspecto sexual, quizás 60
y pico cuando dijeron “hagamos el amor y no la
guerra”. Ahí comenzó el cambio grande. Bailábamos media hora en
el baile del barrio y no tocábamos ni la mano!- explica
sonriendo por alguna anécdota que pasó ante sus ojos.
Ahí fue cuando empezaste a
hacer las presentaciones...
Con menos de 20 y como su
casa quedaba cerca del club Florida, a puro micrófono anunciaba a
las reinas de las tertulias. Confesión, una forma de estar cerca de
la chicas.
Claro,
y si las acompañabas a su casa ibas con la madre. En la época mía
las madres iban con el tejido-las
agujas y la lana- al baile. Vos tratabas de escaparte un
poquito para apretar...Yo estaba en la casa de una gente amiga y una
piba de unos 16, 17 años que se iba esa noche no sé a donde le
decía a la madre que no sabía si volvía. Y veo que la madre saca
un preservativo y se lo da a la piba. Yo me quede helado! Se lo
tenés que prohibir dije. La madre me miró y dijo Por que? A vos te
parece que por que yo se lo prohíba no lo va a hacer? Y no es mejor
que yo la cuide? Fue un momento que me abrió los ojos, no? Otra vez
me acuerdo-hace una pausa
larga- había una madre enojada con la hija, profesional
ella, que se había escapado a la noche con un chico. Al otro día
cuando volvió, la retó y luego la retaba delante mio o de mi
señora y le decía: como puede ser que hiciste esto y blah blah y
la hija le responde: y bueno mamá, si no me entrego esa noche hay
cuatro chicas esperando...Todo ése cambio se produjo muy fuerte.
Ubicás a Facundo Manes (
Neurólogo, autor de Usar el cerebro)? Dice que la intuición es un
clase de inteligencia. Que por eso el goleador tiene ese olfato de
gol. Fuiste intuitivo como padre o simplemente se daba una situación
de prueba y error?
No...alarga
el monosílabo, pensando- en ese aspecto la responsabilidad
mayor la tuvo mi señora. Fuí un padre ausente en el día, pero no
ausente en las noches. Desde antes de casarme mi trabajo era el
comentario de fútbol los domingos así que también estaba afuera
para esos momentos. La educación de mi hijo, el orgullo, es todo
parte de ella, para ella.
Manes explicó que muchas
veces el cerebro realiza cambios y lo percibimos en el cuerpo. Y
viceversa. Busquen la historia del hombre de los dos corazones.
Muchos de esos cambios reflejan la intuición.
Y hablando del cuerpo:
Cuando
estuviste internado te llegaron muchísimas muestras de cariño.
Saludos, estampitas, visitas y hasta te acercaron un sandwich de
matambre -Alguna vez el Cholo había comprado un
sandwich a una persona de la calle y quizás
esa misma persona le retribuía de alguna
manera ese gesto de salvamento- Descubriste una forma diferente
de cariño a la que estabas acostumbrado o simplemente se sumó todo
al que conocías?
Suena
vanidoso pero recién ahí me di cuenta que me quería
mucha gente.
Recién?
Ahí,
sí. Lo otro pasaba por ser un tipo de la televisión, por haber
conocido a mucha gente en la cooperativa de crédito-donde
trabajó-
por que ahí le brindábamos crédito a mucha gente. Fijate que me
hace una nota Marcelo Pasetti -Director del diario La Capital -y
puso algo así como lo que estamos conversando ahora “al final me
tengo que convencer que me quieren “ y después dije: “con todas
las cosas que pasé, que cosa el sentido que uno le da a las cosas-
que lindo que estuve enfermo, por lo que viví después, no?”
Mario Trucco- entrañable
periodista deportivo de la ciudad- te define cuando recibís el honor
del Honorable Consejo Deliberante como Ciudadano Ejemplar con la
frase “tiene un humanismo muy singular”, porque te importa
muchísimo el otro.
Lo
que te quiero explicar es que eso no es un mérito mio.
Pero si eso te brota!-
reclamo.
Yo
estoy hecho de una manera en que si dejo a alguien mal y lo pude
ayudar me quedo mal yo. Al. final no sé si lo hago por él o por
mí- sonríe por esa pulseada
interna-.
De verte todos los años en
la calle, de ver como se te acerca la gente, de ver el afecto, me
parece que eso es mérito tuyo.
Me alegra... me alegra que
lo creas así. Una vez le pregunté a
Martita Suin, la payadora, cuales son las
cosas que te duelen, me dijo: “cuando alguien que es gente que yo
quiero y está cerca mío, precisa algo y
tiene que venir a pedírmelo. Me duele que yo me haya
dado cuenta para ofrecérselo, porque me hubiese
gustado evitar lo que significa pedir.” Me parece que ahí
está razonado. Me gusta darle antes a alguien que
quiero antes que lo pida por que si me lo pide ya paso por un momento
fulero. Por eso es que yo quiero mucho a alguna gente que
cuando me quedé sin laburo muchos me vinieron a
ofrecer- acá es donde el gesto se endurece, se nota el golpe que
hace temblar las piernas al boxeador- y me evitaron más
allá de la amargura de no tener trabajo, que yo
tuviera que salir a pedir.
Las exigencias de todas las
épocas- pienso. Pero es más que eso. Cuántos han sido arrasados
por los vaivenes de las economías de turno o de los caprichos de
poderosos en éste bendito país?O una causa puntual en la protesta a
la televisión de cable por cobrar el fútbol...El pase de factura
llegó.
Y qué pasa con los padres en
éstos tiempos? Un educador español, Gregorio Luri explica que los
padres están pasando por una época en donde quieren ser perfectos
y un poco salen neuróticos y quieren también que sus hijos hagan
las cosas perfectamente . Te parece que es una exigencia de hoy?
Yo
digo que las épocas no se juntan. Me lo dijo hace muchos años Tucho
Mendez, un jugador de fútbol de la selección y de primera que
cuando escuches la respuesta textual te vas a dar cuenta cuantos
años hace, porque le dije : Tucho, el fútbol de antes o el de
ahora? “Pibe, me dice- las épocas no se juntan.” Porque date
cuenta. Nosotros no veíamos una piba en maya... - y hace una
expresión de siglos- Cuando veías esas cosas en televisión? Te
volvía loco todo, era todo novedad desde que vino la televisión.
Luri
también explica que para escaparle a algunas desgracias familiares
hay que hacer lo mismo que Los Simpsons: Homero como padre es de lo
peor, pero familiarmente se las perdonan todas. Una especie de
barajar y dar de nuevo.
Y
el problema de las épocas y los límites? Antes era más difícil,
ahora es más fácil?
Ahora
es más.
Ahora?
Sí,
pero cuál es el límite?-avanza.
Estará
en lo que le ueda hacer mal, lo que le pueda hacer daño?
Qué
le puede hacer mal? Yo el límite lo pongo en la conducta, en la
forma de ser, como también le digo a mi hijo, a gente que quiero de
su edad- yo no doy consejos, porque el vivo no lo necesita y el tonto
no te entiende -nos
reímos-.Yo le digo a mi hijo ¨viví de una manera en
donde no tengas que bajar la vista ante nadie.” Vos te podes
equivocar 10 veces y empezar de nuevo, le ponés fuerza pasión ganas
por la cosas, pero si a vos alguien te hizo bajar la vista, de eso no
retornas, porque es una cosa que no tiene remedio.
En
una entrevista dijiste: “yo tomo buenas decisiones o malas
decisiones pero son honestas”
Es
lo que pienso. No lo hice ponele, pensando en jorobar a alguien.
Porque he tenido a cargo gente y en esos casos yo le preguntaba: cuál
fue tu intención? Por ahí tenés la franqueza de decirme que te
equivocaste en ese momento. Eso es lo que valoro y admiro-. Alguna
vez me dijo Ulises Barrera, un tipo que es un fenómeno, un tipo que
sabe mucho al que tengo muchas horas de escucharlo: Sabe lo que pasa?
El ser humano, piensa, siente, se toca la cabeza y el corazón- y
obra en consecuencia. Sabe cuándo cometemos el error? Cuando en vez
de pensar, sentimos y a veces en vez de sentir, pensamos.
Ponele
que entre pensar y sentir pasa esta situación: Sos creyente?
Si,
si, de Dios.
Ok,
para nombrarlo de alguna manera ...
No
se si existe.. pero...Prefiero que sí. Creo que Dios fue fundamental
en mi enfermedad...
Te
lo imaginas clásico, de barba blanca?
No
sé...porque mirá, yo creía que el Papa
era Jesucristo, un ser espiritual, para mi inexistente. Fuí
toda la escuela primaria a la Sagrada Familia así
que eso era el catecismo, y mi pibe con siete años, vió
el atentado al Papa, (refiriéndose
a
Juan Pablo II )
mirá como cambian las épocas, hablando
de lo anterior. Ahí lo espiritual se fue al demonio.
Como chocaron esa idea y la realidad! Dios es una figura que
siento. Mi nieto los otros días le dijo a mi nuera: Dios puede
estar atento a lo que hacen tantas personas en el mundo?
Buena
pregunta...
Bueno,
fijate. Tiene 5 años. Mirá si nosotros íbamos a hacer una
pregunta de ésas. Y también dijo: Y si uno no cree en Dios, que
pasa? Como han cambiado las épocas?!
Entonces
aparece Dios, ponele de barba blanca clásica, túnica, esas
cosas.-Cholo, tenemos que hablar un momento -. Qué
lugar elegís? Un café, una plaza, una iglesia, tu casa?
Partimos
de la base de que yo hablo con Dios en cualquier lugar, en cualquier
momento. No sé si hablo más o le pido más.
Te dice -Cholo, en que le
estoy errando con vos? Que le respondés? No, no le erraste en
nada, o bueno dejá, ya pasó. Qué?
No
se si le erró en algo pero sí sé que me dio mucho más de lo que
merezco, de lo que hubiera tenido sin El.
Pero El siente algún tipo de
culpa (o la inventó Freud, o las madres judías o Dios mismo, para
ver nuestras reacciones) y quiere compensarte por los daños.
Sentencia: Qué querés para vos? Para vos solito? Qué necesitas?-
dice.
En
estos momentos y con todo lo que pasé: salud. Y para toda mi familia
también. En esas circunstancias y después de 93 días en terapia
-con algo que comenzó con
una infección de las feas en los pulmones y
que lo puso en coma en la clínica
Belgrano- te
das cuenta la importancia que tiene.
Abrís la ventana y ahí está
el día, y ahí está el arbolito -ésto pasó en sus primeros
días de mejora- El mundo está todavía y yo pertenezco a ése
mundo.-le digo como testigo silencioso de los momentos que lo
llevaron al borde de la muerte y a la movilización de toda la
comunidad marplatense.
A
éste mundo.- me
repite confirmando haber llegado al borde de la vida- Yo te
puedo relatar todo. No podías incorporarte agarrándote a las
manijas de la cama. No podía comer! Mi suegra, mi hermano, El Turco,
al que lo quiero tanto, me daban de comer. Después no aguantaba
sentado en la cama con las piernas colgadas. Me caía. Cuando me
comencé a parar no aguantaba parado. No te das cuenta de todo eso.
Ahora mismo me cuesta darme cuenta.
Confesaste:
si zafo de ésta voy a ser más bueno. Qué clase de tipo te
considerabas? Jodido?
No...no
tanto...Una vez le dije a mi señora: éstas son las cosas que te
hacen ser más bueno, de ayudar. Aunque a veces seguís metiendo la
pata. Es que yo tuve una gran fortuna. Vengo de una gran familia, de
grandes hermano, un gran padre. Cada persona que me habló de ellos
me hizo emocionar Y te dijo de verdad, no creo haberlos alcanzado en
esas cosas, su bondad, su honestidad. Sobre todo Carlos, el taxista,
el más cercano a mi edad y el que era más sensible. Pero traté de
hacer las cosas para que cuando le preguntaran sobre mí sintieran
el mismo orgullo. Que nadie dijera nada.
Se queda pensando un par de
segundos que resumen la eternidad. Imagino un aleph de historias.
Mirá.
Cuando era chico y empecé a trabajar en la escribanía Parada y
manejar cierta plata …
Cruzabas
Juan B Justo?-ése era una especie de límite de antaño para el
Cholo-. Sonríe.
Mi
padre me decía, “guarda, no cruces el asfalto”, por el tema de
los coches y las cosas que había. Papá tenia segundo grado, nada
más. Decía “Cholito cuidate, vas a manejar plata, no toques una
moneda de nadie”. Hasta que un día me dice: “mirá, si un día
tenes un traspié con alguien y llegas a matarlo, vendo todo y te
saco. Pero si vos vas en cana por robar un peso, te podés pudrir en
la cárcel que no te saco.”
Así
de claro.
Así
de claro. No había forma para desviarte. No soy la
Virgen María pero le agradezco a Dios no haber
agarrado tentaciones, que las tuve. Y de muchos lugares. Y sacar la
fuerza para decir
que
no. Y no me arrepiento. A veces te cuesta llegar a fin de mes. Pero
me siento feliz. Un día alguien me dijo algo en una
mesa y le respondí: a veces es mejor no llegar que
tener que descender. Ponele, un día si andás
bien le llevas un celular a tu señora pero
si a los tres meses
andás
mal y se lo tenés que sacar...Y ésa
persona me responde: bueno Cholo, vos elegiste ser
honesto!
Me quedé sin respuesta. Me quedé callado en ese momento.
Sorprendido. Transcurrido el tiempo, gracias a Dios que
eso fue así... Viste como lo llamo a
Dios?-redondea
la idea con una sonrisa.
Nos vamos por las venas de la
calle Córdoba. La ronquera de Vicente Luis Ciano me saluda y sé
mientras me alejo que todas las historias, todos los personajes, los
afectos, las alegrías y las tristezas, las decepciones, los aciertos
que da el tiempo, las batallas ganadas y las perdidas, los abrazos y
las despedidas decidieron décadas atrás, cruzar Juan B. Justo y
Tucumán como un purrete de 12 y volverse una persona decente.
Una y otra vez, todos hacemos
nuestros saltos.
He aquí el secreto: dignidad.
Gracias Cholito!
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